Ya son cinco las personas que han pasado por la dirección del Departamento Administrativo de la Presidencia (DAPRE) durante el actual gobierno, incluyendo la reciente salida de Angie Rodríguez, una rotación poco habitual en una de las entidades más estratégicas de la Casa de Nariño. El relevo se confirmó este 3 de diciembre, cuando el Gobierno Nacional anunció que el presidente Gustavo Petro aceptó la renuncia de Rodríguez, quien completó diez meses en el cargo.
Según reportes de prensa nacional, su salida se produjo tras desacuerdos internos relacionados con el nombramiento de José Alexis Mahecha en una unidad adscrita al Ejecutivo, decisión que habría generado tensiones dentro del equipo presidencial. La subdirectora Letty Leal asumirá temporalmente la dirección mientras se define un reemplazo en propiedad.
Tras conocerse su retiro, Rodríguez denunció un hecho ocurrido el 21 de noviembre en la vivienda de sus padres en Bogotá, donde cinco hombres encapuchados irrumpieron durante más de una hora. De acuerdo con su relato, los intrusos causaron daños en puertas, ventanas y muebles, y se llevaron únicamente una bolsa con documentos personales, lo que para ella descarta un hurto común y sugiere que la acción pudo estar dirigida a obtener información relacionada con su labor en el Estado.
La Defensoría del Pueblo expresó respaldo público a Rodríguez, pidió garantías de seguridad para ella y su familia y solicitó a las autoridades avanzar en la investigación. El ministro del Interior también manifestó solidaridad, aunque dijo no conocer en detalle las circunstancias internas que llevaron a su renuncia.
Durante su gestión, Rodríguez acumuló varias responsabilidades adicionales. Fue designada como superintendente ad hoc para el caso de la antigua Nueva EPS y asumió funciones en el Fondo de Adaptación, lo que la convirtió en una pieza clave para decisiones técnicas y administrativas del Ejecutivo. Su salida, sin embargo, deja interrogantes sobre la continuidad y cohesión institucional en la Presidencia durante los últimos meses del actual periodo.
El cambio se produce mientras el Gobierno enfrenta críticas por la alta rotación en puestos directivos y en un momento en el que se requieren equipos estables para ejecutar proyectos y atender asuntos sensibles. Aunque la transición ya está en marcha, la denuncia por amenazas y la incertidumbre en torno a su renuncia siguen alimentando cuestionamientos sobre el ambiente interno del Ejecutivo y la estabilidad del gabinete presidencial.
Redactado por: Aldair Cuartas
