La práctica constante, los repasos en casa y la participación en simulacros son los aspectos que se repiten en los testimonios de los cuatro jóvenes de las instituciones educativas públicas de Villanueva con el mejor ICFES de este año. Más que una rutina de estudio fue una forma de organización personal basada en la disciplina. En todos, el esfuerzo académico convivió con el deseo de superarse, sin dejar de lado sus espacios personales ni sus intereses.
Juan Felipe Baquero Turriago, de la Institución Educativa Nuestra Señora de Dolores de Manare, logró un excelente puntaje tanto a nivel colegial como municipal. Dedicó meses a prepararse a través de cursos externos y simulacros. Su rendimiento en matemáticas y sociales fue perfecto, pero lo que más lo define es la pasión por el conocimiento. “Me gusta estudiar y entender las cosas por lógica”, dijo. Su sueño es estudiar Física en la Universidad Nacional, donde ya fue admitido tras obtener también un alto puntaje en su examen de ingreso.

Por su parte, Gabriel Sebastián Urrego Gómez, de la Institución Educativa Fabio Riveros, es un ejemplo de organización. Dice que la clave estuvo en mantener el equilibrio entre sus responsabilidades y su tiempo libre. “Me gusta escuchar música o pasar tiempo con mis amigos, pero también dedicar un espacio para repasar”, comentó. Se considera un estudiante responsable, y su preparación combinó clases virtuales, lecturas y simulacros semanales. Hoy sueña con estudiar Ingeniería Biomédica o Microbiología, y recuerda las palabras de su madre al conocer el resultado: “Te lo mereces por todo el esfuerzo que hiciste”.

En la Institución Educativa Ezequiel Moreno y Díaz, Yimer Andrey Cadena, de 16 años, siguió un camino parecido. Participó en los pre-ICFES de su colegio y aprovechó cada retroalimentación para corregir errores. Su mejor puntaje lo obtuvo en matemáticas y biología, pero lo que más destaca es su capacidad para aprender rápido. “Si me interesa un tema, me lo aprendo muy rápido”, dijo, convencido de que la curiosidad es su mayor fortaleza. Su sueño es estudiar Ingeniería en Sistemas, una carrera que, asegura, le permitirá combinar su gusto por las matemáticas con el manejo de la tecnología.

Desde la Institución Educativa San Agustín, John Jairo Peralta, de 17 años, encontró en la lectura y la escritura una forma de disciplina. Le apasiona la literatura, pero también la química y las matemáticas. Se preparó con los pre-ICFES patrocinados en su institución y dedicó gran parte de su tiempo libre a reforzar sus temas de interés. Su resultado fue el reflejo de un proceso constante, marcado por la perseverancia. Sueña con convertirse en químico farmacéutico y crear su propio laboratorio, una meta que resume su pensamiento: “No hay nada en esta vida que la disciplina no pueda”.

Aunque sus métodos y motivaciones fueron distintos, en todos se repite una constante: el esfuerzo sostenido y la convicción de que los logros no se improvisan. Su preparación no comenzó semanas antes del examen, sino mucho antes, en hábitos construidos día a día dentro y fuera de clase.
Redactado por Aldair Cuartas

