En Villanueva, en un espacio sereno y lleno de brisa, se encuentra un lugar que no solo es un café, sino una manifestación de los lazos familiares que lo sostienen. San Francisco, el café bar que Daniel Suárez y Sandra Galvis construyeron con dedicación, es un homenaje a la vida que comparten con su pequeño hijo Francisco. Cada rincón, cada taza de café y cada decisión tomada en este espacio reflejan el significado profundo de ser familia y de soñar juntos.

La elección del nombre San Francisco fue una conversación casual que se convirtió en símbolo. Francisco es más que el nombre de su hijo; es el legado de generaciones en la familia de Daniel, un eco de historias pasadas y un puente hacia el futuro. Este café no solo lleva el nombre de quienes lo inspiraron, sino que también representa el espíritu de quienes lo construyen día a día. Sandra y Daniel, unidos por su compromiso como padres y socios, han hecho de este negocio una extensión de su hogar.

“San Francisco representa lo que somos como familia”, reflexiona Daniel. “Es un espacio donde las personas pueden sentirse como en casa, con la calidad y el cuidado que nosotros mismos queremos transmitir”.

La relación entre Daniel y Sandra no solo ha sido el motor detrás de San Francisco, sino también el cimiento de su vida en conjunto. Desde elegir el nombre hasta tomar cursos de barismo en pareja, cada decisión ha sido compartida. Mientras Daniel divide su tiempo entre ejercer como ingeniero civil y estudiar una segunda carrera, Sandra se ha convertido en el corazón operativo del negocio. Entre ambos, han logrado que San Francisco sea un reflejo de sus valores: trabajo en equipo, confianza y amor por lo que hacen.

Pero más allá del negocio, la llegada de su hijo Francisco marcó un antes y un después. La revelación de su género fue celebrada en el espacio que ahora es el café, un momento íntimo que unió su vida personal con el sueño que estaban construyendo. “Cada día, cuando lo veo, recuerdo por qué hacemos esto. Queremos que él crezca viendo lo que significa construir algo juntos y hacerlo bien”, dice Daniel.

Si la familia es el corazón de San Francisco, la experiencia que ofrecen es su expresión externa. Cada taza de café o bebidas como frappés y granizados hasta limonadas y cervezas artesanales, asegura que cada visitante encuentre algo que se adapte a su gusto gracias al compromiso del lugar con la calidad. Daniel y Sandra se formaron en barismo para garantizar que su café de especialidad cumpla con estándares altos, desde el grano hasta la preparación. Este no es el típico café; es una experiencia cuidadosamente diseñada para resaltar los sabores y propiedades únicas de cada preparación.

La ubicación, rodeada de naturaleza y con una vista privilegiada, fue seleccionada con un propósito: ofrecer un espacio de tranquilidad donde las personas puedan desconectarse y disfrutar. Ya sea una reunión de trabajo, una tarde de amigos o un momento personal, San Francisco se adapta a sus visitantes, brindándoles un ambiente acogedor, alejado del ruido cotidiano.

San Francisco no es solo un café. Es un lugar donde los valores familiares se convierten en hospitalidad, donde la dedicación a lo que importa se traduce en calidad, y donde cada sabor cuenta una historia de amor, esfuerzo y sueños compartidos. Para quienes visitan Villanueva, este café es más que una parada; es una experiencia que los invita a ser parte de algo más grande.

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