Un deslizamiento de grandes proporciones, reactivado por el sismo del pasado 8 de junio, mantiene en alerta a las autoridades en la vereda Europa del municipio de Paratebueno, Cundinamarca. El movimiento de masa afecta unas 60 hectáreas —el equivalente a 100 campos de fútbol— y continúa activo, aunque con desplazamiento lento.

El fenómeno ha generado represamientos en varias quebradas, entre ellas la Nahuaya, cuyo cauce se dirige hacia la vía que conecta Villavicencio con Yopal. La acumulación de agua sobre la masa inestable incrementa el riesgo de desbordamiento, lo que ha motivado la implementación de un sistema de monitoreo permanente y medidas de restricción en la zona.

Las autoridades han dividido el área comprometida en dos sectores: una franja en la ladera de cerca de 464 hectáreas, para la cual se recomienda evacuación preventiva; y una zona baja de 170 hectáreas bajo observación técnica, donde se ha prohibido el estacionamiento vehicular y se evalúan escenarios de evacuación en caso de cambios en la estabilidad del terreno.

El Servicio Geológico Colombiano, que mantiene presencia técnica en el lugar desde el 9 de junio, advirtió que este tipo de procesos pueden evolucionar de forma repentina, por lo que se requiere una vigilancia constante y coordinación interinstitucional.

El sismo que desencadenó el deslizamiento tuvo una magnitud de 6,5 y una profundidad entre 12 y 16 kilómetros. Su epicentro fue localizado en Paratebueno, en una zona sísmicamente activa relacionada con el sistema de fallas del Bordellanero. Con el fin de fortalecer los estudios sobre amenaza sísmica en el país, el equipo técnico ha instalado sensores de velocidad y GPS de alta precisión para monitorear el comportamiento de la falla, las réplicas y otros factores geodinámicos.

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