En las consultas presidenciales de 2022, el Pacto Histórico logró una ventaja de 881 votos sobre la coalición de derecha Equipo por Colombia en Villanueva. Tres años después, la participación del progresismo cayó más del 55%, sin que la derecha haya medido aún su peso electoral para el nuevo ciclo.

En marzo de 2022, Villanueva vivió un momento electoral atípico. El entonces candidato presidencial Gustavo Petro arrasó en la consulta del Pacto Histórico con 1.909 votos, mientras que Fico Gutiérrez, cabeza de la coalición Equipo por Colombia, alcanzó 1.028 votos. Fue la primera vez en años que una fuerza progresista superaba con claridad a la derecha local.

La participación reflejó que 2.583 personas votaron por el Pacto Histórico y 1.866 por el Equipo por Colombia, en un municipio con un censo electoral de 25.173 personas para ese momento. El progresismo emergía como una alternativa viable, incluso en territorios conservadores.

Sin embargo, esa tendencia no se consolidó. En la consulta interna del Pacto Histórico realizada el 26 de octubre de 2025, solo 1.145 personas votaron, y el senador Iván Cepeda, vencedor de la jornada, obtuvo apenas 602 votos. El censo electoral había crecido a 27.840, pero la participación cayó a apenas 4,11%, lo que sugiere una desconexión creciente entre el movimiento y su electorado local.

El retroceso de más del 55% en votantes y del 68% en votos al candidato ganador refleja, para algunos analistas, una pérdida de capacidad de movilización del Pacto Histórico en Villanueva. El contraste con 2022 indica que buena parte del apoyo recibido ese año pudo estar vinculado más al liderazgo personal de Petro que a una estructura partidista local sólida.

Desde el Pacto Histórico, sin embargo, se interpreta este resultado como positivo, si se tiene en cuenta que la consulta de octubre fue exclusivamente de esta coalición. A diferencia de 2022, cuando se trató de una consulta interpartidista que convocó a múltiples sectores progresistas, en esta ocasión solo participaron sus bases. Señalan además que su verdadera capacidad de convocatoria se pondrá a prueba en marzo de 2026, cuando se conforme el denominado Frente de Unidad Nacional, una plataforma ampliada de partidos afines al progresismo.

La derecha podría beneficiarse de la baja participación progresista y del desgaste de figuras del gobierno, si logra presentar un candidato con visibilidad nacional y respaldo local. El principal desafío será reactivar a sus bases y captar a los electores que han mostrado desinterés en las últimas convocatorias.

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