El panorama político nacional registró en las últimas horas dos movimientos que involucran directamente a liderazgos del Llano. Por un lado, Juan Guillermo Zuluaga, exgobernador del Meta y comúnmente conocido como “Juan Sin Miedo”, anunció que no continuará como precandidato presidencial para 2026. Por otro, una petición interna en el Centro Democrático solicitó que el senador casanareño Alirio Barrera sea incluido como aspirante en la contienda interna de ese partido.

Zuluaga oficializó su decisión mediante un comunicado en su cuenta de X, en el que explicó que no continuará en la carrera presidencial. Según expresó, su propósito será respaldar el movimiento “Fuerza de las Regiones” al cual pertenece. Insistió en su carta que busca la unión contra el “petrismo” y su continuidad en el poder presidencial.

La decisión detuvo la expectativa que sectores del Meta y del oriente del país mantenían sobre una posible candidatura presidencial. Zuluaga afirmó que no se apartará de la actividad política, pero sí del proceso para definir una aspiración a la Casa de Nariño.

Mientras Zuluaga se hace a un lado, en Casanare surgió una solicitud que volvió a poner en el debate nacional al senador Josué Alirio Barrera. El militante del Centro Democrático Josías Fiesco radicó una comunicación ante la dirección del partido, pidiendo que el senador sea integrado como precandidato presidencial.

En la carta, Fiesco argumenta que Barrera “debe incluirse dentro de los cinco precandidatos” luego de la renuncia reciente de Andrés Guerra. Señala que el senador casanareño tiene “contacto y cercanía con el pueblo colombiano” y representa un liderazgo que podría considerarse en el proceso interno. Hasta el momento, no se ha emitido una respuesta oficial frente a la propuesta planteada por algunos militantes y activistas.

Ambos hechos muestran cómo liderazgos del Llano entran a mover el tablero político nacional desde posiciones distintas, Zuluaga decide no participar y reorientar su rol hacia la articulación regional, mientras Barrera es mencionado por sectores del Centro Democrático como posible carta para ser tenida en cuenta en la disputa interna por la candidatura presidencial.

Aunque ninguna de las dos situaciones define aún un escenario consolidado, sí evidencian que los liderazgos del oriente del país —desde el Meta y Casanare— empiezan a ser parte de las discusiones centrales rumbo a las elecciones de 2026.