La petrolera GeoPark enfrenta uno de los momentos más determinantes desde su llegada a Colombia. Con un activo principal entrando en fase de madurez y el contexto energético en transformación, la compañía busca adaptar su operación sin romper el vínculo con el territorio que ha sido clave en su historia. En entrevista con Conexión Medios, Aníbal Fernández de Soto, gerente de Naturaleza y Vecinos, señaló que el compromiso con municipios como Villanueva y Tauramena se mantiene, al tiempo que avanza una estrategia que incluye reorganización operativa y reorientación de inversiones.

Llanos 34, con más de 200 millones de barriles producidos, continúa siendo el activo más representativo de la empresa en el país. Sin embargo, tras más de una década de operación, el bloque ha entrado en una etapa de declinación natural. Frente a ello, GeoPark ha optado por mantener su operación y adecuarla técnicamente, con el objetivo de extender la vida útil del bloque a través de procesos de modernización, incorporación de tecnologías y ajustes internos.
Según explicó Fernández de Soto, la compañía ha venido realizando una serie de cambios orientados a lograr mayor eficiencia en su operación. Estos ajustes incluyen una reorganización interna con reducción de personal y la reconfiguración de las prioridades de inversión. “Nuestra actividad tiene que ser más eficiente”, afirmó, al referirse a los criterios que están guiando esta nueva fase.

En línea con esa estrategia, GeoPark vendió su participación minoritaria en Llanos 32, una decisión que, de acuerdo con su directivo, responde al interés de enfocar recursos en activos con mayor potencial como Llanos 34 y Llanos 87. Este último avanza en su fase exploratoria tras la modificación de su licencia ambiental. La compañía también adelanta proyectos en el Meta, con el bloque Golondrina, y en el Putumayo, con el pozo Bienparado. Según Fernández de Soto, la meta corporativa es alcanzar los 100 mil barriles diarios en los próximos años.
A finales de 2024, GeoPark intentó adquirir la operación de Repsol en Colombia, pero la negociación no se concretó luego de que Ecopetrol ejerciera su derecho preferente. Paralelamente, la empresa retomó presencia en Argentina con una participación en el proyecto no convencional de Vaca Muerta. Sobre esta expansión, Fernández de Soto aclaró que no implica una salida del país, sino parte de la estrategia regional de la empresa. “Seguimos apostándole a Colombia”, aseguró.

En Casanare, la compañía mantiene una agenda de intervención social y ambiental. La Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) en Caribayona (Villanueva), con una inversión superior a los 15 mil millones de pesos, se encuentra en etapa final. Además, GeoPark trabaja con las alcaldías locales y la Gobernación en el desarrollo de proyectos bajo el mecanismo de obras por impuestos. Entre las iniciativas en ejecución se encuentran intervenciones viales, dotaciones escolares y soluciones de energía solar en zonas rurales.
GeoPark continúa ajustando su operación en Colombia en función de las características técnicas y productivas de sus activos. Mientras redefine su modelo interno, sostiene actividades sociales y de infraestructura en el territorio. De acuerdo con lo expresado por la compañía, su presencia en el Casanare se mantiene como parte central de su estrategia en el país.