Cuando el sol aún duerme y la noche se adueña del cielo, sobre las 3:30 a.m., Angie Viviana Espinoza y su hermana Rubí Esmeralda Moreno, inician una nueva jornada de trabajo, son las dos únicas mujeres de cinco hermanos, quizá eso, o la complicidad que se tienen, hace que encuentren apoyo y refugio una en la otra, deben despertarse a esa hora para preparar el almuerzo de sus parejas, además de alistar el carrito para salir a vender tintos y jugos sobre la avenida.
Sobre las 4:00 a.m., Gladis Yolanda López, está iniciando su día, se despierta a esa hora para poder realizar el desayuno y almuerzo de su esposo, además de llevarlo al paradero para que vaya a su trabajo, antes también debía preparar el almuerzo de su hijo, una vez que despacha a su familia, debe terminar de hacer su propio almuerzo y alistarse para su trabajo en la Planta Integral de Residuos de Villanueva.
A las 4:30 a.m., doña Elicenia Saldaña o doña Eli, como todos le dicen de cariño, se está despertando, es una mujer muy religiosa y su primera actividad es rezar mientras se encuentra aún en la cama, hace parte de un grupo devocional con la iglesia a la que pertenece y todos los días a las 5:00 a.m., se conectan para estudiar la Biblia, orar los unos por los otros, y si hay necesidades o peticiones, realizarlas.
Luz Nelly Leguizamón, se levanta a las 5 a.m., para poder despachar a su hija pequeña al colegio, hace parte del Cuerpo de Bomberos de Villanueva desde hace cinco años, luego de pertenecer por más de diez años a la Defensa Civil, su labor inicia a las 7 a.m., cuando el turno que le corresponde es el de la mañana.
A las 7 a.m., Angie y Esmeralda ya se encontraron nuevamente en el puesto de tintos luego de llevar a sus hijos al colegio y despachar a sus parejas, normalmente, una de las dos se queda en el puesto desde la madrugada mientras la otra realiza esas actividades, la venta de tintos comúnmente finaliza a las 10:00 a.m., juntas nacieron en una vereda de Villanueva, el momento más difícil de sus vidas, coinciden en que fue durante su niñez, su mamá tuvo que sacar adelante a cinco hijos, ella se convirtió en un ejemplo para sus vidas.

Cuando el reloj marca las 10:00 a.m., Gladys y sus compañeros de trabajo tienen un receso para desayunar, ella lleva once años en la Empresa de Servicios Públicos de Villanueva, inició como “escobita”, barriendo las calles del municipio, nació en Guateque Boyacá, siendo la mayor de seis hermanas, se crio con su abuela, hasta que falleció cuando tenía cinco años y tuvo que venir a Casanare, en Monterrey estudió su primaria y parte de su bachiller, cuando tenía quince años volvió a Villanueva acompañada de su hijo.

Doña Eli, tiene su hora de almuerzo sobre las 12:00 del mediodía, desde el 2 de febrero del año 2004 hace parte de Espavi, la fecha la tiene grabada en su memoria, recuerda que inició haciendo aseo, y en unas pocas semanas le dieron la oportunidad de ser cajera, desde entonces y durante estos 21 años ha pasado por diferentes puestos, ahora mismo se encarga del archivo, vive agradecida con la empresa, pues le ha permitido sacar adelante a sus dos hijos, su momento más difícil fue cuando falleció su esposo en el año 2001, y se vio luchando sola con dos hijos de diez y cuatro años.

En un día sin emergencias, el turno de Luz Nelly termina sobre las 3:00 p.m., vive con su esposo que también pertenece al Cuerpo de Bomberos de Villanueva, y con el que tienen dos hijas, se siente orgullosa, pues la mayor es aspirante a Bombera y está haciendo el curso de Bomberos voluntarios, el momento más feliz de su vida, cuenta que es cuando ve a la cara de una persona a la que ayudó en alguna emergencia, Luz es una persona con el don de servicio, es su vocación y aunque una lesión la ha apartado del trabajo de campo, ha encontrado en la recepción de emergencias, otra forma de ayudar.

Angie y Esmeralda son unas emprendedoras, aparte de la venta de tintos, normalmente a las 3:00 p.m., luego de almorzar y recoger a sus hijos del colegio, están terminando de empacar al vacío yuca arreglada y lista para el consumo, este emprendimiento les ha permitido darles trabajo a algunas personas y lo desarrollan en conjunto con sus parejas, para ellas la familia es un segundo corazón que va al ritmo del otro.
Aunque Gladys termina su labor a las 4:30 p.m., normalmente está llegando a las 5:00 p.m., al pueblo, siempre deja su moto en la casa de su mamá, excusa perfecta para tomar tinto juntas, Gladys ha pasado por mucho, desde trabajar a partir de los ocho años, ser madre adolescente y hasta una depresión, su familia es todo para ella, en especial su hijo o como ella le dice, su bebé, ahora mismo él tuvo que irse hasta Nariño y es la primera vez que están separados, su mayor felicidad fue verlo graduarse, además del día en que nació y seguramente se le sumará el día en que vuelvan a estar juntos.
Cuando el sol da nuevamente un paso hacia el occidente y la noche tiñe el cielo, todas ya han terminado sus labores, algunas se preparan para el siguiente día y la mayoría ayudan a sus familias para lo que viene, con el valor de sus acciones infunden a sus familias, compañeros y amigos del sentido de vivir, auxilian, aconsejan, aman, sufren y lloran en muchas ocasiones por los demás, por los que no están, por sus hijos y al final por ellas mismas.
Gladys: “Somos valientes, en nuestros trabajos y con nuestras familias”; Esmeralda: “Somos vida, damos vida y en muchas ocasiones le damos sentido a la vida”; Angie: “Valientes, independientes, luchadoras, siempre con una bonita sonrisa”; Elicenia: “Somos un vaso valioso que Dios usó y tenemos un papel muy importante en la sociedad, somos virtuosas y ser mujer es un privilegio que Dios nos dio”; Luz Nelly: “Por más difícil que sea, sé que nosotras las mujeres somos capaces, lo podemos todo”.
Especial mes de la mujer
Nota: Carlos Barreto.